Mucho se ha escrito y dicho sobre las cooperativas y la principal voz en este año ha sido la de la SEP. En abril/2010 se leía, en un periódico de circulación nacional, que “Las comisiones unidas de Educación, Salud y Estudios Legislativos del Senado preparan una reforma antiobesidad que incluso permite cancelar los permisos a quienes operen las llamadas cooperativas escolares en caso de no hacer caso a los reglamentos y vendan comida "chatarra". Se contemplaba conferir a la SEP la regulación, en el ámbito de su competencia, la comercialización de bebidas y alimentos en espacios escolares (Informador. Abril de 2010).
Sin embargo, ya desde antes declaraba que “Para la SEP esto no se trata de pohibiciones, sino de educación en la salud. Esta secretaría tendrá como tarea promover el consumo de “alimentos saludables” sin estigmatizar la comida chatarra o ciertas marcas que pueden ser las que más dañen la salud de los pequeños.
De secretario de educación a experto en nutrición.
En menos de un año, las buenas intenciones se han quedado en eso. Para agosto de este año el titular de la secretaria de educación negaba la existencia de la comida chatarra: no hay comida chatarra sino mas bien no hay dietas balanceadas (No se puede desaparecer la comida chatarra, dice la SEP). Indudablemente que estas aseveraciones duelen pues nadie se quiere hacer responsable. Así entonces, la cuestión es qué hacer ante dicha indiferencia.
¿Quién es el responsable?
Mientras que en el Art. 3ro constitucional se lee: “todo individuo tiene derecho a recibir educación”. No se define que es exactamente la educación. Para el caso que nos ocupa, entendemos por educación como un proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
Es a través de la educación, que las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos. Así entonces, cuando hablamos de la alimentación como un proceso voluntario, educable y muy influenciable por factores sociales, económicos, culturales. Y, como proceso educable entonces nos estamos refiriendo a que la institución que se encarga promover entre los alumnos hábitos correctos de alimentación y, obviamente, deberá los espacios para que se de este aprendizaje.
¡¡Y qué espacio debiera ser sino a través de las cooperativas escolares. ¡!
En fin disfruta este video y hasta pronto.
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